Son oscuras, tienen un sabor ligeramente dulce y están envejecidas en barriles de roble. Puede parecer que esté hablando del whisky, pero en realidad me refiero a las ginebras envejecidas en barricas. Porque sí, también existen ginebras marrones y con olor a madera.
Lo que las hace diferentes es su elaboración. En un principio se destilan como cualquier otra ginebra, pero después se dejan reposar durante meses, incluso años, en barricas de roble. Con este último paso se consigue atenuar el sabor intenso del enebro. Si además se añaden notas de vainilla, caramelo y especias tostadas, el resultado es una bebida a caballo entre el bourbon y la ginebra.
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