Son muchos los proyectos, ideas, productos y obras de arte que han nacido como resultado de una historia del amor. Y es que, aquello que dicen de que el amor mueve montañas, es cierto. Este sentimiento es el causante de muchas locuras, de viajes y decisiones en los que dejamos a un lado nuestra parte racional y damos alas al corazón. Pero, ¿por qué no? Dicen que cuando las cosas se hacen con pasión es cuando de verdad merecen la pena y en la mayoría de los casos, este dicho se cumple.
Johnny Neill se enamoró de una mujer africana y, por supuesto, de su cultura, todas sus tradiciones y el halo de misterio que rodea a cada uno de los paisajes que se pueden encontrar en el continente africano. No se sabe si fue la luz de sus atardeceres, su música o la belleza de aquella mujer, pero lo cierto es que la historia de amor le llevó a crear una bebida que combinase en el punto exacto la tradición británica con toda la esencia de África.
De ahí surgió la ginebra Whitley Neill. Una bebida única, muy especial y diseñada solo para paladares que aprecien cada matiz y cada detalle, porque Whitley Neill es en sí misma una historia de amor. Está elaborada con nueve botánicos diferentes, de forma artesanal, y uno de ellos es el baobab –semillas y pulpa-, que se encarga de ponerle a la bebida el toque exótico. Se lanzó en el año 2005 y desde entonces ya cuenta con un gran número de reconocimientos y premios.
Su creador, Johnny Neill es descendiente de Greenall Whitley, fundador de la compañía de bebidas con sede en Washington que elabora Greenall’s Gin desde 1762, por lo que la pasión por este sector ya le venía de familia. Y Johnny Neill decidió crear una ginebra exclusiva y con un toque ligero y refrescante, que le viene dado en parte por la piel de naranja y limón que se utilizan en su destilación.
“El corazón de África destilado”, así se define Whitley Neill. Y, además, un porcentaje de lo recaudado con la venta de la bebida va destinado al proyecto Tree Aid, que contribuye a la reforestación de los bosques. Puedes disfrutar de esta ginebra en Gin Tonic Pack, tratar de distinguir todas sus influencias, cerrar los ojos y trasladarte –aunque sea durante los segundos que dura un trago- a África. Porque hay bebidas con las que se puede viajar y Whitley Neill es una de ellas.