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Vientos frescos del oeste: Zephyr

El nombre es difícil de escribir (como la ginebra de encontrar), pero merece la pena hablar de ella. Sutil, pura y transparente como el viento que la inspira. Una excelente brisa de aire de renovación donde se aprecia el esfuerzo y la inspiración de sus creadores. Una ginebra London Dry con credenciales, pero con un proyecto muy cuidado de corte contemporáneo. Zephyr.

El saúco es el elemento aromático que articula la idea de Zephyr. Por lo demás, podría pasar por una ginebra London Dry muy ortodoxa. Se parte de alcohol de grano, se utiliza un alambique de cobre de 60 años (Connie, bautizada en honor de la madre del maestro destilador) donde se incluyen los botánicos, por lo demás de los más normalitos y respetables. Tras el añadido de agua, 40 grados alcohólicos bien servidos.

La nueva imagen de Zephyr.

Esos botánicos son muy pocos (algo muy apreciable en un mundo con una tendencia contraria). Coriandro, raíz de angélica, piel de limón y el imprescindible enebro… Y las bayas de saúco, algo muy poco habitual en las ginebras, aunque propio de muchos licores europeos tradicionales, con grandes capacidades medicinales y un aroma afrutado entre dulce y amargo que recuerda a la gardenia o al geranio.

Con el saúco por enseña y el buen hacer por garantía

Tan a fondo se ha involucrado esta gente con el saúco que en su otra versión, esta ginebra (llamada Zephyr Blu) tira de flor de saúco en lugar de utilizar las bayas (también tiene raíz de lirio y un colorante azul). Una apuesta decidida, como queda probada, por un aroma infrecuente, que da a Zephyr una orientación muy particular en el ámbito de las ginebras contemporáneas.

¿Cómo sacarle el mejor partido a Zephyr? Su mejor baza es que es una ginebra con una apuesta clara, pero con una paleta de aromas bastante contenida. Predominan los aromas amargos y cítricos, con un toque seco en boca y un fondo floral donde la presencia del saúco se hace fuerte. Así, respetando esa tendencia podemos utilizar una tónica floral y condimentos muy distintos: pomelo, enebro y coriandro son algunas de tus mejores bazas.

Zephyr te llamará la atención por su aspecto distinguido y elegante: botella de cristal cilíndrica, de hombros chatos y cuello largo y liso, serigrafiada en negro de un brochazo, con caracteres orientales en banco y la Z en un sello dorado. Pero te conquistará por su contenido, que desearás degustar incluso sólo, paladeándolo lentamente. Merece ser apreciada lentamente.

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