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Diccionario de botánicos: el incienso

Una sustancia que conocemos de sobra, aunque algunos sea de lejos: el incienso. En principio, es a lo que huele en las iglesias y los centros de yoga, y uno de los regalos de los Reyes Magos. Hasta ahí de acuerdo. Pero, ¿te lo imaginabas en tu ginebra? Pues sorpréndete, porque además resulta que no es la última ocurrencia de ningún iluminado.

Situémonos. Hoy llamamos incienso a casi cualquier cosa que se prende para aromatizar. Pero el incienso original, llamado olíbano, fraquincienso o francoincienso (frankincense en inglés) es una resina vegetal procedente del Boswellia sacra y otros primos suyos. Este es un árbol que se da en suelos calcáreos escarpados del cuerno de África y el sur de la Península Arábiga, de unos 5 metros, hojas y flores pequeñas, y corteza parecida al papel.

El incienso en forma aún lechosa.

Cortando la corteza se extrae el incienso, una resina blanca que recuerda a la leche antes de solidificarse en pequeñas gotas ambarinas. Fue popularísima en el mundo antiguo para casi todo lo sagrado, desde embalsamar faraones a invocar divinidades, con un precio exorbitante, clave para el comercio fenicio. Algunos pueblos somalíes lo mascan tras las comidas desde tiempo inmemorial. ¡Y ya estaba en algunas recetas de ginebra del siglo XVII!

El incienso engloba potentes aromas especiados

A día de hoy, no son sus cualidades medicinales (bueno para la piel, expectorante, diurético) lo que lo hace popular, sino la perfumería, sacra y profana. Es un aroma difícil de definir, pero los principales terpenos presentes (pineno, limoneno, mirceno) lo acercan a las especias, incluyendo claras notas herbales, ácidas y dulces. Enriquecedor e inspirador donde los haya.

No podían ser demasiadas las ginebras que utilizan el incienso como botánico. Tenemos la edición navideña (no me preguntéis por qué, aunque se puede imaginar) de 2014 de Edinburgh, que también lleva mirra, así como la especialísima y sofisticada Batch. Los heterodoxos autores de Sacred (otra microdestilería, también inglesa, de la que ya hablamos) también lo incluyen en su receta.

Creo que hasta el día de hoy nunca nadie se ha atrevido a utilizar el incienso como aromatizante en un gin tonic. Ojo, ¡no metas una barrita de esas de la tienda de la esquina en tu copa! La maceración en la ginebra que vayas a utilizar o una infusión seguramente sean las mejores maneras de incluir el incienso en tus cócteles. Prueba con una ginebra seca y tradicional, twist cítrico y una tónica con buena burbuja. O desmelénate con una William Chase, Boylan’s, incienso y frambuesa.

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