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Últimos sorbos de verano

Se nos viene encima la madre de todas las catástrofes, esa que ni la crisis, ni el desempleo, han erradicado: la depresión del final del verano.

Se acabaron las vacaciones por las que tanto suspiraron cabizbajos esos padres de clase media. Toca despedir a ese amor de verano con un beso de tornillo y, quizá, un emotivo mensaje de Whatsapp que no acabe en emoticono. Se acabaron la rebeca al caer la noche en la costa, los mosquitos chocando contra la lámpara cargados de tu sangre mientras lees el liviano best-seller estival…

SOLSTICIO DEL VERANO

Pero, amigo, no todo está perdido, se acabaron las resacas de las copas de más en cenas con amigos de menos, las vueltas y vueltas buscando aparcamiento cerca de la playa, la butaca y tu suegra en pareo agarrada a ella (sí, en ese orden). Se acabó la molesta arenilla en el bañador, los insectos flotando en tu Gin Tonic

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Se acabó el verano, sé bienvenido a tu ciudad. A tu sana costumbre de la copa de balón, London Dry Gin, tónica y limón (y otros etcéteras) en ése bar o Gintonería donde te llaman por tu nombre de pila sólo después del “Don” o “Doña”, donde aún se quitan el sombrero para entrar al ruedo. Bienvenido a la falsa nostalgia al verano que recién se ha ido mientras saboreas los veraniegos aromas cítricos de tu Haswell con tónica Indi&co y sonríes pensando cómo echabas de menos que tu barman supiera de antemano lo que vas a tomar. Bienvenido a las más insólitas lecturas (las de horario de oficina) en las que entre vídeos de caídas y gatitos del Facebook, repasas los 19 internacionales botánicos del Gin Citadelle que te aguarda en el arcón de casa. Bienvenido a tu supermercado. Y aquí hemos de hacer una pausa:

Bienvenido a tu supermercado de toda la vida, a donde acudes a hacer la compra semanal y en el que, el acuerdo de mutuo armisticio con tu amada esposa resulta tácitamente innegociable, ése por el cual mientras ella salva la economía familiar ahorrando céntimos con cada producto que alcanza, tú remoloneas y vagas por el pasillo de licores y ginebras, viéndolas, comparándolas, leyendo sus etiquetas con el mentón de Real Lector de la Orden de Santiago… con el secreto fin de contribuir también a la economía familiar haciendo el pedido ya decidido en el supermercado en tu página de Gin Tonics con la que ahorras.

GinTonic

Se acabó el verano para casi todos, algunos aprovechan aún la última semana de agosto en paradisíacos entornos: Mojitos, Caipirinhas, cervezas low cost… Ellos se lo pierden. Mientras, aquí estamos nosotros para hacer de su vicio, sabiduría (o al menos culturilla general de la que gusta presumir en bares), de nuestra debilidad común, un arte popular, de la suma de elementos, alquimia para los sentidos… Porque el Gin Tonic es la ambrosía de los dioses de a pie y héroes de carne y hueso que, como ustedes o como yo, nos bebemos la vida sorbo a sorbo y con hielo, por favor.

hemingway

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