En nuestra interminable búsqueda de las ginebras más exóticas hemos dado con Finsbury 47 Platinum, probablemente la más típica y ferozmente real de las ginebras London Dry; y es que el mundo es una espiral espacio tiempo, donde la ida y la vuelta se confunden. Total, que para estar de vuelta de todo hay que volver al principio. Y en el principio fue Finsbury.

Si alguien sabe de ginebra, esos son los ingleses, para quienes era la bebida nacional de las clases populares cuando nosotros no pasábamos del vino y el aguardiente. Y todos sabemos cómo se ponen los ingleses al contacto con la ginebra… Pues Finsbury Platinum es, en ese sentido, destilado de inglés borracho: se hace notar, le gusta más el rugby que el fútbol y su árbol genealógico es, en último término, difuso.

La destilería Finsbury, fundada por Joseph Bishop, lleva dando ginebra a los londinenses desde 1740. Sin embargo, la dinastía ha continuado en Thames Distillers con Charles Maxwell. Finsbury pertenece a la multinacional alemana Borco, que aplica el lema “Los originales no cambian”. Es una suerte para todos nosotros, que podemos beber una ginebra de carácter y sin esperpentos, que los más tradicionales sabrán apreciar.

Su séxtuple destilación le ha hecho ganarse la categoría de super premium

Finsbury Platinum tiene una graduación de 47 grados, fuerte por lo tanto. Pero su proceso de séxtuple destilación (se en un alambique decimonónico de cobre tipo John Dore) y su base de alcohol de maíz la hace relativamente suave al paladar y muy expresiva en cuanto a sabores se refiere. Una ginebra normal y corriente, pero bien hecha; y seguramente por ello, multipremiada.

La lista de botánicos es secreta (secreta de verdad, sólo sabemos que la base se remonta a 1740), pero incluye algún cítrico (¿limón y naranja?), cilantro, raíz de angélica y probablemente cardamomo. Con un bajo contenido de azúcares, los amargos y cítricos se desarrollan con fuerza. El enebro es claramente predominante, qué más se puede pedir.

El poderío de Finsbury platinum la convierte en la ginebra perfecta no ya para cualquier gin tonic, sino para cualquier cóctel que incluya a la ginebra, ya que aportará al combinado precisamente aquello que se espera de una ginebra: un tono seco basado en el enebro con notas especiadas y florales. Las tónicas suaves y tolerantes son su mejor compañía, y cualquier aromático puede ser encajado. Así que sin miedo, adéntrate en la mixología con Finsbury!