Sorprendentes, premiadas, inspiradoras, las nuevas ginebras suecas se están haciendo un hueco en el mercado y ganándose un prestigio más que respetable mediante una nueva manera de hacer las cosas de siempre. Sin aspavientos, pero con cariño y un toque verdaderamente (esta vez sí) particular. A la sueca. Estocolmo style.

Desde 2010 más o menos se ha formado en aquel país nórdico un foco ginebrero muy creativo, con nada que envidiar a otras “potencias emergentes” como pueda ser España. Suelen ser ginebras muy ceñidas al modelo London Dry más clásico, el enebro ante todo y esas cosas. Pero con algunas características que están haciendo propias. Cuando los suecos se ponen a hacer algo, lo hacen mejor que nadie. Puede que estemos en los albores de un nuevo estilo en la ginebra: la Stokholm Dry gin.

La nota local en cuanto a botánicos se refiere es una de las señas de identidad de estas nuevas ginebras suecas; no son los únicos en tirar de terruño, pero lo hacen con coherencia. El propio enebro, la reina de los prados, el arándano rojo (la estrella). Al mismo tiempo, muchas tienen en común las altas graduaciones (esas Navy Strenght) y la primacía absoluta del enebro: Göteborg es una ginebraza que para sí hubiese querido la difunta y británica reina madre.

Hernö, Strane, Spirit of Hven… La lista es larga.

Otra seña de identidad es el toque exquisito en el cuidado del proceso y del producto. Strane es un ejemplo de ello. Aparecida en 2014, también con dos ingredientes suecos secretos, tiene la peculiaridad de ser una familia de tres ginebras claramente distintas (entre 47 y 76 grados) creada con tres destilaciones distintas de los mismos botánicos recombinadas en distintas proporciones.

Algunas fardan de grano en el alcohol de base, como Right (maíz) y Ragnarök (cebada).Otras presumen de orgánicas, como Spirit of Hven y Ö. Se chulean de quíntuples destilaciones (Right) y largas horas de maceración (Ö). A veces son más tradicionales (Odin), a veces más contemporáneas (Imagin…). ¿Por qué? Porque pueden.

Hernö es tal vez el buque insignia. La ginebra más premiada de Europa entre 2013 y 2015, con la experimentación por bandera y cuatro versiones en la actualidad (Juniper Cask, madurada en barrica de enebro, tiene que estar buena), con algún desacierto en el pasado fruto de ese afán innovador que hace de ella, hoy por hoy, una ginebra que marca pautas a seguir.