O eso es al menos lo que sugiere la imagen y el merchandising de One Key, una ginebra contemporánea de envase más que reconocible: un paralelepípedo de un azul intenso, elegante, que incluye una llavecita para abrir la botella, premiado en 2011 por su evidente acierto como reclamo. Y el contenido también está bueno, que conste.

Los autores de One Key (una gran compañía internacional que produce esta ginebra de 40 grados en Eslovenia) parten de la idea de romper los moldes tradicionales de la ginebra no sólo en el continente, también en el contenido: ingredientes poco habituales (hasta cierto punto, claro) y un proceso de fabricación innovador y el objetivo declarado de convertirse en “un clásico del futuro”.

No obstante, hay que decir que con One Key pasa como con muchas ginebras contemporáneas, desgraciadamente: seducen principalmente por su presentación, pero en el momento de la degustación dejan frío a un buen número de amantes de la ginebra. Se la critica principalmente por la poca sutileza de sus aromas y los regustos etílicos que desprende. Es la amenaza que se cierne casi siempre sobre las nuevas ginebras aparecidas al albur de la moda del gin tonic.

No gusta a todo el mundo, pero merece la pena probarla

El proceso de destilación se realiza en instalaciones de última generación. Se parte de alcohol de grano seleccionado. Entre los botánicos (desconocidos, pero desconocidos de verdad) se reconocen fácilmente, aparte del enebro, el cilantro (que suaviza el impacto amargo) y el punto picante y fresco del jengibre (aparte de las notas cítricas y dulces del limón y la naranja).

One Key es por todo ello una ginebra estupenda con la que no tenemos que tener ningún miedo a la hora de mezclar. Digamos que lo acepta todo, y esa puede ser su gran virtud para los amantes de la experimentación. Juntarla con una tónica aromatizada abre multitud de puertas. Si no, una tónica normal con buena burbuja, dos trocitos de melón y menta pueden ser una buena forma de empezar.

Resumiendo, One Key tiene sus defensores y sus detractores; una ginebra atrevida, diferente y fácil de mezclar para los unos, una ginebra comercial sin demasiado fuste para los otros. Es la personalidad de esta ginebra lo que está en juego, y el tiempo dirá si llega a convertirse en el clásico del futuro que pretende ser. Como siempre en estos casos, es de recibo probar antes de opinar.