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Magellan, una ginebra que da la vuelta al mundo

Cada cual encuentra la inspiración donde puede. A los franceses que crearon esta imponente ginebra llamada Magellan (en honor a Magallanes, el explorador portugués) les parece que, sin el épico viaje alrededor del mundo (via las Islas de las Especias) que este inició, ninguna ginebra hubiera sido posible. Bueno, a lo mejor el nombre no fue su mayor acierto, pero la ginebra está buena.

De primeras desconfié: huy, otra de esas ginebras azules, ya estamos. Informándome un poco, vi que la destilería Angeac aplicaba el procedimiento correcto para hacer una ginebra Premium en cuanto al alcohol base de cereal, al proceso de destilación y al tratamiento de los botánicos. Siguiendo el libro, la ginebra no tiene por qué ser mala.

El lirio, alma mater de Magellan, según Van Gogh.

En efecto, alcohol base de trigo (variedad local Capet), cuatro destilaciones por lotes (small batch), agua naturalmente filtrada y desmineralizada. Las tres primeras destilaciones son a pelo, antes de meter ningún botánico, sólo para purificar el alcohol, en un pequeño alambique de cobre, artesanal. Hasta aquí, todo bien. Eso sí, de enebro, el justito.

Si Magallanes levantara la cabeza…

Y es que el enebro está, ya que se le espera, pero está de visita, ha venido de pasada. Los que sí están muy presentes son muchos otros botánicos clásicos de la ginebra, hasta diez: coriandro, regaliz, casia, piel de naranja, nuez moscada, cardamomo, canela, granos del paraíso, clavo y lirio (tanto la raíz como la flor, responsables del color azul). Como una paella de marisco/verdura bien petada, pero casi sin azafrán.

Las ginebras poco enebradas son ya casi la marca de la casa entre las nuevas ginebras francesas, y Magellan no es distinta, enseñando de nuevo a los maestros que, a veces, alterar el canon vale la pena. Los 44 grados de Magellan hacen de ella una ginebra potente. Su abanico aromático la convierte en una ginebra premium claramente contemporánea, predominantemente especiada, dulce por naturaleza, pero con fuertes reminiscencias florales que van de la nariz a la boca.

En la web oficial recomiendan tomar esta equilibrada ginebra sólo con twist de limón, o en gin tonic, con albahaca. No es mala idea. Los más barrocos preferirán mezclarla con Schweppes Pimienta Rosa y aderezarla con pomelo y grosella. Otra posibilidad, menos colorida pero con más sentido, sería con 6 o’clock e infusión de manzana, o rodaja de manzana. En todo caso, una ginebra que hace dar vueltas a los mundos conocidos.

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