mora

Diccionario de botánicos: la mora

La más humilde de las frutas del bosque vende caro su embriagador aroma. La mora (o la zarzamora, ya veremos) no gusta a todo el mundo, pero nadie puede discutirle un aroma muy característico, fácilmente reconocible, que no podía faltar en el repertorio botánico de las ginebras premium más contemporáneas.

Empecemos aclarando que hay dos grandes tipos de moras, que suman entre ambas más de 300 especies: el género Morus y el género Rubus. Las primeras, las moras de árbol (morera), se utilizan menos que las segundas, las de la zarza, llamadas también por eso zarzamoras (Rubus ulmifolius, la más común). Existen algunos híbridos, de esas berries raras que les gustan a los anglosajones.

Son polidrupas que… Bueno, huelga describirlas, ¿no? Aparte de excelentes consumidas en fresco (algo que todos hemos hecho alguna que otra vez), a nadie extraña el uso de la mora en pastelería y repostería, en bebidas alcohólicas o no, mermeladas y a veces acompañando carnes. Tiene propiedades astringentes y diuréticas, y es excelente contra la anemia.

Una fruta con mucho que aportar a la ginebra

La gama de aromas presentes en la mora (o zarzamora…) es bastante amplia, no sólo según la variedad consumida, también en función del punto de maduración; va perdiendo acidez y frescura herbal y ganando en dulces y amargos que van de la vainilla a la madera. Rica en quercetina, rutina, y sobretodo cianidina, la marca de la casa de los frutos del bosque.

En cuanto a la presencia y uso de la mora como botánico, hay que decir que las ginebras españolas se llevan la palma, de lejos. Cool Gin y Reina Mora (ambas de la granadina destilería Liber), 69 brosses, 1890 Exótica, Thorneus, Rigo 1947, todas ellas utilizan la mora en mayor o menor medida. Pero también se le había ocurrido a marcas tan serias (aunque no por ello menos vanguardistas) como Monkey 47 y Brockman’s.

Si hablamos de cócteles, el cielo es el límite. En un cóctel en teoría tan clásico como el gin tonic deberíamos cortarnos un poquito, y limitarnos a usarla como adorno; en infusión o macerada podría resultar excesivamente potente. Pero se adecua a una amplia gama de ginebras. ¿Qué tal una Martin Miller’s con Fentiman’s, mora y twist de lima? ¿O una Bulldog con Fever Tree, mora y cardamomo? A lo mejor ahí me he pasado. Habrá que probar uno para comprobarlo.

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