alcaravea

Diccionario de botánicos: la alcaravea

La alcaravea es una de esos botánicos de nivel dos, o sea, no de los que tenemos a mano cualquier día, y de los que se camuflan fácilmente tras denominaciones variopintas y otras plantas similares (que no iguales). Hoy nos proponemos conocerla mejor y incluirla dentro de nuestro círculo íntimo, porque realmente vale la pena.

Lo primero, la terminología, que es algo confusa. La planta que Linneo llamó Carum carvi se conoce en español como alcaravea (o cosas parecidas según las regiones), pero también como caravia, comino de prado, hinojo de prado o incluso anís de los Vosgos. Llama la atención que el nombre en inglés (que encontraremos a menudo), aparte de caraway seed, sea “comino de Persia” o “hinojo meridional”…

Es lógico todo esto, hasta cierto punto. La planta (de un par de palmos, con hojas plumosas y flores blancas en umbelas) es una apiácea, y su raíz recuerda a la del apio o la zanahoria. Las semillas se parecen al comino: son aquenios (un tipo de fruto seco) elipsoides de medio centímetro, con cinco surcos pálidos. Y no se parecen sólo en el aspecto…

Un doble del comino que sabe a anís

En efecto, la semilla de alcaravea es rica en aromas anisados, con tonos alcanforados, picantes y cítricos (entre el comino y el hinojo, precisamente, pasando por la menta). Los responsables son el anetol, la carvona y el limoneno. Dichas sustancias (terpenos) hacen de la alcaravea un imprescindible de la industria de los aromas así como de ciertos platos (sobre todo en Europa): el sauerkraut, el queso Havarti, pastelillos serbios e ingleses, pero también la harissa magrebí o el pulao indio. También tiene propiedades antisépticas y es excelente para los aparato digestivo y respiratorio.

Personalmente no he sido consciente de lo que se usa la alcaravea en la composición de las ginebras que encontramos hoy día en el mercado. Es cierto que no en las marcas más conocidas, pero sí en productos de primera clase como las clásicas Kis Wild y Phrog. Por cierto, la primera y Tambourine Mountain (una ginebra contemporánea) son australianas. La encontramos también en la excelente Monopolowa, austríaca, en Bardenay y en Goa.

Pero lo mejor viene ahora: en cóctel. Como decíamos, ni comino, ni anís, ni menta, ni todo lo contrario. Una tónica apropiada, seca, permitirá complementar la alcaravea a nivel aromático con alguno de estos tres aromatizantes, según lo que estemos buscando (a la presentación habrá que darle una vuelta más). La ginebra, como siempre, la que tú elijas.

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