colonelfox

Cremorne, 1859: la nostalgia de los modernos

Cremorne es un parque londinense en el que en el siglo XIX la aristocracia y la alta burguesía inglesas daban largos paseos de domingo, amenizados con carruseles, fotografías y cócteles. El parque cerró sus puertas en 1877. Pero eso no impidió a la creativa compañía CASK convertirlo en el centro de un elaborado proyecto ginebrístico, apoyado incluso en un curioso personaje de ficción: el coronel Fox.

El ficticio coronel Fox fue un militar inglés del siglo XIX. Veterano de Waterloo y viajero impenitente, se retiró en 1859 en Cremorne, donde recibía de vez en cuando visitas de la reina Victoria, a la que obsequiaba con sus magníficos gin tonics, preparados con una ginebra de la casa cuya receta el oficial había encontrado en uno de sus periplos.

Ese es al menos el trasfondo que la gente de CASK (empresa de “marketing líquido”, como ellos mismos se definen, responsables también de Gin Mare entre otros éxitos alcohólicos) ha recreado para arropar su proyecto de 2012, Cremorne 1859 Colonel Fox’s Gin. En la botella vemos a un oficial inglés con cabeza de zorro, elemento bizarramente atractivo y perfectamente justificable en la época en la que los retratos mitad hombre mitad animal estaban de rabiosa actualidad. Todos hemos visto a extraños perros jugando a las cartas…

Una ginebra impecable con una personalidad muy conseguida

Como ginebra, nada malo puede decirse de Clemorne 1859. A los mandos volvemos a encontrarnos con Charles Maxwell, de Thames Distillers, autor de otros grandes éxitos ginebreros como Fifty Pounds, Oxley, Geranium, Mombasa, Juniper Green Organic y un largo etcétera. Una verdadera garantía de que el proceso de fabricación se hará con todas las garantías de calidad y experiencia.

El núcleo botánico también es el correcto, a mi entender, o sea, conciso y sin estridencias: enebro, naranja amarga, casia, raíz de angélica, coriandro y regaliz. Resulta una ginebra London Dry de 40 grados, muy clásica y no por ello aburrida o fácil de esperar; como la que el Coronel podría haber ofrecido a sus invitados.

El perfect serve de rigor para Clemorne 1859 es con un twist de limón y regaliz, bien infusionado, bien en barrita. Una posibilidad más estimulante, que refuerza no sólo los matices cítricos sino también la dulzura afrutada de esta ginebra, es acompañarla con un twist de lima y unas moras, frescas o liofilizadas. La tónica, algo como 1724 o Q Tonic clásica.

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