unadetonicas

Una de tónicas

Tengo una par de amigos (apenas los conozco, señoría) que son unos frikazos de tomo y lomo con esto de los gin tonics. Casi todas las semanas se pasan la tarde en la casa de uno de ellos haciendo experimentos que documentan cuidadosamente con fotos y anotaciones; ya tienen un catálogo digno de publicación; o de estudio, según se mire.

Uno de sus experimentos preferidos es probar una misma ginebra con diferentes tónicas, y luego comparar. Algo para lo que, por cierto, les vendría muy bien uno de estos packs. Asistir a estas catas-debate (se puede, aunque no toman muy en serio cualquier otra opinión) es divertidísimo, pero también educativo. Enseñar y divertir, qué más se puede pedir…

Los expertos en la escuela de someliers (en el recreo)

Para esta experiencia en concreto aparecieron sobre la mesa tres tónicas, de las cuales yo no conocía dos: Indi, Boylan y Stirrings. Tras mucho “tiempo perdido”, como lo llama uno de ellos, han establecido Martin Miller’s como la ginebra de referencia a la hora de comparar tónicas, debido a su sequedad, su equilibrio y su riqueza de aromas. Si no, sería imposible hacer la comparación “científicamente”.

¿Tres candidatas, tres ganadoras?

Queda claro que le tocó hacer la selección al neorural del dúo; todas las tónicas están elaboradas con ingredientes naturales, según pregonan sus etiquetas. Indi y yo ya nos conocíamos, y aunque densamente aromatizada, no oculta el sabor de la Miller, sino que insiste suavemente en sus toques cítricos y dulces. Las otras dos son bastante tradicionales, pero de alta calidad, y permiten a Martin explayarse por sí mismo.

Boylan era la ajustada ganadora de la velada. O eso me pareció a mí (cierto que era el tercero…), pero los miembros del jurado oficial no sólo no estaban de acuerdo conmigo, sino tampoco entre ellos. Uno defendía la Stirrings por su la delicadeza de su sabor y su carbonatado. El otro se quedaba con la Indi y cómo complementaba a una ginebra muy rica por sí sola. No veas que discusión más técnica, burbuja para arriba, burbuja para abajo…

A donde quiero llegar es a que, incluso entre los paladares más atentos y entrenados, el acuerdo surge muchas veces por casualidad o, lo que es peor, por convencionalismo. Quien más quien menos nota la diferencia cuando comparamos una ginebra básica y otra de calidad, pero la diversidad de gustos impide cualquier acuerdo definitivo. Al final, cada cual tiene sus preferencias, así que no te dejes llevar por la corriente.

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