Las últimas ferias gastronómicas y citas en las que se encuentran los grandes exponentes de la alta cocina nos ha devuelto una imagen interesante: la de los mejores chefs del mundo haciendo un uso, cada vez más frecuente en sus menús, de cócteles. Dentro de los mismos, como no podía ser de otra manera, destacaba el gin tonic, la bebida que comenzó siendo una tendencia y cuyo consumo no deja de crecer.

En este sentido, es fácil entender la presencia del gin tonic entre las intervenciones de los grandes maestros de la cocina. Ello se debe, en primer lugar, al proceso de elaboración que presentan hoy en día las ginebras que sirven de base de este combinado.

Asimismo, la calidad de los ingredientes de este licor es cada vez más abundante, así como la presencia entre estos de elementos creativos y originales, lo que generan un gran atractivo a los usuarios, que los grandes chefs saben capitalizar a través de la elaboración de combinados de nombres imposibles y sabor entretenido.

Esta última condición, en paralelo, es producto de los botánicos que se utilizan en las nuevas elaboraciones del gin tonic. De hecho, en estos casos se hecha mano de botánicos procedentes de cualquier rincón del mundo, que hacen las delicias de los paladares más exigentes a la vez que fomentan su consumo entre los distintos usuarios de este cóctel.

En otro orden de asuntos, el uso del gin tonic en la alta cocina también nos ha dejado una estampa particular, como es la presentación de estos a través de originales decoraciones y de accesorios poco comunes, donde los vasos tradicionales y el hielo cortado en cubitos deja paso a vasos con formas inimaginables y hielo con diferentes aspectos y colores.

Por último, esta tendencia también se deja notar en las tapas con las que se acompaña el gin tonic. Así, estas son cada vez más numerosas e internacionales, compuestas por variaciones de ingredientes que pueden resultar incluso inverosímiles.