Son varios los elementos que determinan el éxito de un gin tonic. Sin embargo, existe uno que pasa desapercibido para la mayor parte de los consumidores de este combinado, del cual depende una parte sustancial de la percepción que nos hacemos del mismo. Hablamos de la copa que se utiliza para elaborar este cóctel, tan discreta como capital para hacer de la experiencia de su degustación una auténtico placer. 

En este sentido, es fundamental que el gin tonic se sirva en un vaso o copa de calidad. Para elegir los más adecuados, en este sentido, son importantes varios criterios. Entre ellos destaca la finura del cristal.

Así, según se desprende de las recomendaciones de los expertos en la materia, este objeto ha de estar fabricado en un material perfectamente pulido, pues al contar con una mayor densidad que el cristal convencional se realzan las cualidades visuales del gin tonic y, por tanto, el sabor de este combinado.

De la misma manera, hay que tener en cuenta que el brillo y la transparencia que exhiban estas copas y vasos sirven para sacar el máximo partido, tanto a la bebida como al ritual de preparación.

Y es que solo a través de estos dos elementos se consigue un gin tonic deseable desde el momento de su preparación, lo que hace degustarlo con mayor intereses a posteriori.

Como tercera decisión importante en lo que al uso del vidrio se refiere destaca la inclinación por el vaso o la copa. En este sentido, lo interesante es decantarse por algo diferente, puesto que el mercado así nos ofrece estas posibilidades. De hecho, en la actualidad existen diferentes conceptos de copas, los cuales han sido capaces de renovar la idea de copa de balón clásica a la que estamos acostumbrados a consumir nuestro gin tonic.

Así, es interesante tener en cuenta las combinaciones que podemos llevar a cabo además de los modelos que ya se están comercializando en este sentido, tales como vasos cilíndricos, de gran capacidad, cómodos y manejables. ¿Te animas a degustar tu gin tonic desde esta perspectiva?