kimerud

Kimerud, la valkiria

El otro día me topé con una ginebra con bastante buena pinta; una lástima que fuera a través de la pantalla del ordenador. Se llama Kimerud, y es una de esas excelentes ginebras escandinavas (noruega en este caso) que están apareciendo últimamente. Aparecida en 2014, por desgracia todavía es muy difícil de encontrar en España.

Kimerud puede catalogarse como una ginebra premium London Dry contemporánea, aunque según algunos tiene reminiscencias en el gusto y el grado alcohólico que recuerdan a las ginebras Old Tom (algo más dulces), si bien otros insisten en su carácter extraseco, de los que hacen chasquear la lengua. En fin, para gustos, paladares. En lo que todos coinciden es en la gran personalidad, presencia de ánimo y la fiereza de Kimerud.

Kimerud es, por lo tanto, una jovencísima ginebra, primorosa pero con carácter, nacida dos años atrás tras una larga gestación de siete años en la granja de la que recibe el nombre, a 35 kilómetros de Oslo. Stale Johnsen y Jan Obuch dirigen un proceso declaradamente minucioso en todos sus momentos (la verdadera clave de una ginebra premium), desde la elección de los botánicos a la dilución con una de las aguas más puras del mundo.

La producción, completamente artesanal, es de 10.000 botellas anuales

En la fabricación reconoceremos todos los rasgos de las nuevas ginebras llamadas contemporáneas de más alto nivel. El alcohol de base es de patata (no de cereal) ecológica. Los botánicos, casi todos de proximidad, denotan una preferencia bien calculada por lo local, sin prescindir de los clásicos básicos. Así, el microclima local provee el enebro, la angélica, la menta, la nuez y sobre todo la raíz de oro, verdadera marca de la casa.

Estos, los imprescindibles (cilantro, cardamomo, limón, naranja, jengibre) y otros doce desconocidos son recogidos a mano, puestos en maceración 24 horas después de su recogida (cuando posible) por un periodo entre dos y 21 días. Las destilaciones, hasta cinco, se hacen por lotes pequeños en un alambique de cobre “Arnold Holstein” específicamente diseñado; de la quinta destilación se guarda sólo el corazón.

Kimerud es cítrica desde la nariz a la lengua, y muy floral; pero también extraseca y con su final especiado, como corresponde. El alcohol se deja notar, pero no arruina la composición. Una gran riqueza de aromas herbales y florales la ayudan a gustar a todos los públicos, y a salir muy airosa de una cata a solas y vestir dignamente desde un twist de limón a las aromatizaciones más sofisticadas. Ya sabéis lo que me podéis regalar para mi cumpleaños.

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