Que no se diga que somos unos retrógrados conservadores sin remedio. Recientemente he tenido la suerte de probar una ginebra que ha traído un amiguete que vive en Estados Unidos (nadie es perfecto). Se llama Karner Blue y es una premium muy difícil de hallar en España. Tiene una peculiaridad por encima de todo: el alcohol base está hecho de manzana.
Karner Blue apareció en 2011 como uno más de los productos de la destilería Flag Hill, orgullosamente asentada en el estado de New Hampshire. Sus responsables hacen gala de su uso intensivo de todos los productos locales que pueden. Y no se cortan, hasta el punto de usar las manzanas de la zona para crear el alcohol que servirá de base a esta ginebra tan inusual.
Un proceso de fabricación muy riguroso de principio a fin y lo más artesanal posible hace de esta ginebra un producto claramente premium. Los nueve botánicos empleados (al menos los que conocemos) dejan clara la apuesta por lo contemporáneo, respetando las bases imprescindibles de la ginebra: enebro, raíz de lirio, limón (imaginamos que angélica y coriandro también), pero también cubeba y ajedrea. Y casi seguro que se apoyan en la manzana y en algún fruto rojo.
La mariposa de la botella, la Karner Blue, es el símbolo del Estado
La gran pregunta es, ¿qué pinta aquí la base de alcohol de manzana? Daño no le hace, quiero decir, la carga aromática del enebro y demás botánicos no deja duda alguna sobre su naturaleza: es ginebra. No obstante, predominan tonos dulces de tipo floral y frutal, si bien no llega a resultar cargante, sino que matiza y enriquece otras presencias más especiadas o cítricas. Suave, melosa y con grandes posibilidades para todo tipo de cócteles.
Nosotros nos vamos a centrar en el gin tonic. Cabe por un lado la opción de reforzar la manzana como aroma principal. Manzanas hay muchas, pero nosotros vamos a optar por un twist o unas rodajas finas de granny smith (la verde), idem de red delicious (la roja), con una tónica muy cítrica.
¿Otra de esas ginebras para quienes no la gusta la ginebra? Más bien, una ginebra para quienes no tienen miedo a recorrer nuevos territorios, más allá del sota, caballo y rey de las ginebras London Dry (dicho por alguien que prefiere lo clásico). No lo dudes, intenta probarla, no te defraudará.
