kavakava

Diccionario de botánicos: hoja de kava kava

Un nombre exótico, un producto casi desconocido en Occidente y uno de los botánicos que menos se dejan ver en las estanterías de ginebra. La kawa kawa, kava kava o simplemente kava es un primo lejano de la pimienta de origen polinesio, de usos controvertidos y un fuerte aroma acre que no pasa desapercibido.

Piper methysticum es una planta de las piperáceas que alcanza los tres metros, de tallos gruesos y hojas grandes (20 cms.), con forma de corazón, que se reproduce por el rizoma. Los indígenas polinesios los utilizaban para fermentar esos rizomas y hacer un bebedizo con fuertes efectos ansiolíticos y psicotrópicos. Con el tiempo se han descubierto muchas otras cualidades útiles para el tracto genitourinario y como anetésico, aunque en grandes dosis puede ser peligroso para el hígado.

Unas polinesias preparando kava, según John LaFarge

La hoja de kava kava tiene un gusto muy característico, según dicen quienes las han probado, y habrá que fiarse, porque no vamos a ir al otro lado del mudo a comprobarlo. Parece ser que es muy intenso, muy amargo y acre. El final es claramente picante, de forma prolongada pero con recuerdos herbales; al fin y al cabo, no deja de ser una hoja.

En Oceanía tiene usos medicinales y místicos

Cual marinos británicos del siglo XIX, los maestros destiladores de Lighthouse y South Premium New Zealand Gin han surcado los Mares del Sur para llevar la hoja de kava kava hasta sus alambiques. En realidad, las dos ginebras son neozelandesas (no les pillaba tan lejos), y la hoja de kava kava se ha convertido un poco en la marca de la casa de las ginebras premium de aquellas islas.

Si en algún momento llegáis a tener la suerte de tener un poco de kava kava a mano para aromatizar vuestros gin tonics, podéis hacer una infusión en frío y luego retirar los trozos de hoja. Elegid una buena ginebra; una neozelandesa sería un acierto, pero las muy secas son especialmente adecuadas. Como tónica, o Wai-Kawa (también con la hoja) o bien una de esas florales.

Seguramente no sea el botánico favorito de los amantes del dulce. Pero para los demás es algo a recordar. Encaja muy bien en el modelo del gin tonic clásico, apoyado sobre los pilares del enebro y la pimienta. Pero además le da un toque inesperado, más fresco y leve, más verde. O así me lo imagino yo… Muy frío…

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