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Diccionario de botánicos: el jengibre

Dedicamos hoy nuestra atención al jengibre, una planta bastante conocida por todos nosotros por unas razones u otras. Atención merecidísima, por otra parte, ya que estamos ante uno de los botánicos más utilizados en la destilación de ginebra, sobre todo en los tipos más clásicos. Debería figurar en cualquier colección de aromáticos del gin tonic que se precie.

Conocida en el ámbito científico por el rimbombante nombre de Zingiber officinale, el jengibre (del sánscrito singavera, “cuerpo de cuerno”) es una planta zingiberácea tropical de casi un metro de altura. Lo que aprovechamos de la planta no es una raíz, como solemos creer, sino un rizoma, o sea, un tallo subterráneo, que no es lo mismo. El mejor jengibre procede de Australia, India y Jamaica.

Aquí vemos la planta y el rizoma
Aquí vemos la planta y el rizoma

Las aplicaciones del jengibre son prácticamente innumerables, tanto en el ámbito terapéutico como en el gastronómico. Por dar tan sólo unos cuantos detalles: el jengibre es un efectivo analgésico, antiséptico, digestivo, antiemético, antiinflamatorio, carminativo, estimulante… Tiene aplicaciones culinarias muy variadas en Oriente (lo encontramos en sopas, salsas, sushi, tés, combinaciones agridulces) y algo menos en Occidente, donde se usa principalmente en la elaboración de dulces.

También aparece en algunas cervezas y en el ginger ale

No puede discutirse que el sabor del jengibre tiene mucha personalidad. Comienza fresco, pero enseguida notamos su característico aroma picante algo amargo, emparentado con el del rábano, el ajo o el wasabi. Al mismo tiempo, mantiene tonos frescos y amargos, más bien herbales, que recuerdan a la menta, al eucalipto y a la madera. El buen jengibre (si es fresco, mejor) se reconoce por su color claro y aroma intenso.

La lista de ginebras que incorporan jengibre en sus recetas es interminable. Gordon’s, Opihr, Nº3, Darnley’s View, Nordés, G’Vine, Port of Dragons, 999.9, Citadelle, Berkley’s Square, 7-D y un largo etcétera cuentan con el jengibre para reforzar el tono amargo del enebro, aportar tonos herbales, apuntalar los picantes… Además, el jengibre se integra bien con muchos botánicos diferentes, del cardamomo al melón, también cuando se utilizan como aromáticos.

¿Hay algún valiente que se haya atrevido a incluir el jengibre como aromático en su copa? Por supuesto. De hecho, Schweppes por ejemplo tiene una tónica especialmente centrada en el jengibre. Infusionado previamente, el jengibre otorga toda su fresca profundidad y el corte picante al que nos tiene acostumbrados, pero intensificados. Con el poderío aromático de London nº1 y el “florismo” de Schweppes Azahar & Lavanda, un par de rodajitas frescas darán el golpe.

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