Entre tantas loterías y navidades, por qué no recurrir a otro manido tópico: recordar las bondades de la humildad y la sencillez para contrastar con el ardor desatado con el que nos entregamos a estas entrañabilísimas fiestas. Así que, ¿qué botánico sin pretensiones, ninguneado, que nos acompaña a las duras y a las maduras, es más humilde que el humilde limón?
Bueno, hoy sí que sí, todos sabemos lo que es un limón; pero eso no nos librará de darle un repasillo, por si acaso. El Citrus limon es el nombre elegante del limonero, y aunque también se usan las hojas, las flores y la corteza, sin duda lo que más mola es el fruto; aunque no quiero ponerme en el lugar del primero que probó uno silvestre…
El caso es que tras múltiples mutaciones llegamos a este verdadero regalo de la naturaleza que lo mismo te cura el escorbuto que te alegra las gambas a la plancha. Lo habituados que estamos a él nos hace olvidar con frecuencia sus grandes capacidades antioxidantes, digestivas, depurativas, anticancerígenas y un largo etcétera. Sus esencias pueden encontrarse tanto en la pulpa como en la piel.
El Fary es al limón lo que Marilyn Monroe a las fresas
Sería más fácil señalar las ginebras que no acuden al socorrido limón que las que lo hacen. Tann’s, Oxley, Langley nº8, Fifty Pounds, The Botanist, Seagram’s, Beefeater, Macaronesian, Nº1, Plymouth, Martin Miller’s, SW4 y muchas otras se apoyan más allá de la acidez propia de los cítricos, en las notas amargas y dulces que ofrece el limón.
Y qué decir del limón en el ámbito del gin tonic. Ese limón, que incluso en el garito más cutre nos echa una mano para aromatizar nuestro garrafón. Barato y eficaz como saborizante y desinfectante, esa fama de adorno vulgar le ha costa verse apartado mucho tiempo de los cócteles pretendidamente exclusivos. Mal. Un twist de limón ayuda a otros cítricos a realizarse, a controlar los dulces y a realzar los amargos. Es el mejor amigo del barman, y debería ser el tuyo también.
Podremos partirnos la cabeza buscando las mejores combinaciones posibles, barajando ginebras, tónicas y aromáticos en busca del gin tonic perfecto, pero hay cosas que están claras. Para que un gin tonic sepa a gin tonic tiene que reunir tres condiciones: contener un destilado aromatizado al enebro, estar bien frío y saber a limón.