En los embutidos que te trae tu primo el de Francia, en los caramelitos de tu abuelita. Está constantemente entre nosotros, tanto que a veces llegamos a olvidarnos de él. Pero el anís es una hierba aromática fundamental. En el mundo de la ginebra es sin lugar a dudas uno de los aromas predominantes al que conviene conocer bien para no confundir con otras plantas parecidas en nombre, aspecto o sabor, pero nunca iguales.
El anís o anís verde es una planta de la familia de las apiáceas umbelíferas (Pimpinella anisum para más señas). Procede de la cuenca mediterránea oriental, donde se ha utilizado profusamente durante milenios antes de dar el salto mundial. Una planta de en torno a un metro de altura y de pequeñas pero apretadas flores blancas donde son los frutos de unos 4 milímetros, parecidos a semillas (y por ello llamado a veces aniseed, semilla de anís), lo que se utiliza principalmente.
Es excelente para el aparato digestivo y un eficacísimo antitusivo. En la cocina siempre se han apreciado estas cualidades, pero también su fuerte y característico sabor. El tallo se puede consumir como si fuera apio. Los frutos (venga, llamémoslas semillas) son sin embargo la estrella por su fuerte y característico sabor. Sirve como condimento, sólo o mezclado con otras especias, para verduras, legumbres, carnes, pescados, dulces, panes, bebidas no alcohólicas…
También llamado matalahúga, el anís es relativamente fácil de encontrar
Un proceso de secado exacerba el poderío del aceite esencial del anís, el anetol, ese característico aroma dulceamargo que comparte con el hinojo, el enebro, el anís estrellado y un largo etcétera, sin ser necesariamente familia. Pero es que también tiene chavicol, timol, limoneno, estragol, pinenos, quercetina… Una amplia panoplia de aromas, como vemos, utilizado en miríadas de licores. Sin exagerar.
Ginebras de todo tipo, desde las tradicionales London Dry a las más contemporáneas, pasando por ginebras tipo jenever, utilizan el anís como uno de sus botánicos. Podrás reconocerlo fácilmente en Citadelle Reserve, Zuidam Jonge Graan o Victoria; en otras ginebras se disfraza o complemente otros botánicos; es el caso de Aviation, Brandon’s, nuestra querida Four Pillars o Roundhouse, por mentar algunas.
Anímate a utilizar el anís en alguno de tus próximos gin tonics, en infusión preferiblemente, ya que es muy pequeño para tenerlo flotando por la copa. Pega muy bien con las ginebras secas clásicas con fuerte sabor a enebro, ya que combina a la perfección con esta baya fundamental. Por ejemplo, SW4 con Boylan’s, el anís y un twist de pomelo triunfaría.