Imagina una ginebra de aire sencillo pero tremendamente sofisticada. Imagina una ginebra que abre nuevos horizontes. Imagina el genio escandinavo orientado a la producción de ginebra. Pues deja de imaginar: aquí tenemos Imagin…, una ginebra que rompe moldes y está claramente destinada a abrir nuevas puertas en el mundo de la ginebra.
Ya por el nombre (ima-gin por “imagine”, que en inglés suena igual, toma juegaco de palabras) se adivina tras la botella un proyecto serio y ambicioso con una personalidad propia. La compañía sueca Facile & Co se empeña desde 2011 en liderar la nueva producción ginebrera escandinava, en pleno auge; ya hablaremos de eso otro día.

Imagin… es una ginebra formalmente correcta, en cuanto al proceso de destilación y la calidad de los productos (del grano del alcohol base al agua) se refiere, lo que hace de ella una premium de carnet. El nivel de autoexigencia es alto, también con la combinación de doce botánicos más el enebro, cuya mezcla no revelan sus creadores. Ya dije antes que tenía un aspecto sencillo; añadiría sobrio, si atendemos a la botella, en un simple azul oscuro con el escudo sueco.
“Moderna y opulenta”, dicen de ella sus creadores
Pero el punto fuerte de Imagin… es su decidida apuesta por los nuevos caminos de la ginebra; está en el corral de la London Dry todavía, pero a puntito de salirse. Aunque el enebro es el rey, las notas cítricas, herbales y especiadas se alternan en un fuerte protagonismo. Todo ello con una relación calidad-precio que todas las personas que conozco que la han probado no pueden sino alabar.
La ginebra en sí es levemente azulada y algo turbia y oleosa. El aroma amargo y “coniferoso” de enebro es su columna vertebral, sobre el que se presentan, en oleadas, una salida cítrica potente, un fondo herbal muy ligero y un final largo y especiado, algo picante. Un caos ordenado, como dicen sus autores, intencionalmente barroco y distinto, lejos de las recetas esquizofrénicas que se ven a veces por ahí.
Por sus características, Imagin resulta apreciable sola, pero en gin tonic puede desplegar todos sus encantos ensoñadores. Fever Tree es su compañera ideal, por su discreción y alta calidad; no hay que insistir demasiado en los aromatizantes dulces, es mejor una mezcla más cítrico o picante (en mi opición). Un twist de pomelo y unas hojas de melisa o una fruta como el arándano le vendría pintiparado.