Continuando con nuestro repaso a alguno de los históricos gentlemen´s clubs londinenses (aquellos en los que diplomáticos, aristócratas, banqueros y hombres de negocios hacían negocios, discutían y bebían gintonics en selecta sociedad) en este artículo conoceremos algo más acerca del Travellers Club, fundado en 1819 y ubicado en la famosa calle londinense de Pall Mall.
La idea del caballero inglés, sentado en su club de hombres, fumando en pipa y apurando su copa de gintonic, ha sido ampliamente explotada por el cine y la literatura. El ahora nuevamente famoso, Sherlock Holmes, pasaba un buen número de horas en su club, leyendo la prensa a la espera de un nuevo caso que resolver.
El Club fue fundado, en 1819 “para los caballeros que habían viajado fuera de las Islas Británicas a una distancia de al menos quinientos kilómetros de Londres en una línea directa”. La membresía se extendió a los visitantes extranjeros y diplomáticos enviado a Londres. La idea original de “The Travellers Club” fue obra de Lord Castlereagh, quien tras su retorno de las guerras napoleónicas, firmada ya la paz en Europa, decidió junto a conocidos y camaradas, que debía existir un club de caballeros en Londres donde pudieran reunirse y ofrecer hospitalidad a los visitantes extranjeros distinguidos. Los arreglos para el establecimiento de “The Travellers Club” se ultimaron en una reunión en la primavera de 1819, al que asistieron distinguidos diplomáticos, viajeros y dos primeros ministros que llegarían a serlo en el futuro (el conde de Aberdeen y el vizconde Palmerston). En aquella primera reunión, como símbolo de los viajadores, se adoptó la cabeza de Ulises como insignia del Club. Si bien primeramente se ubicó en el número 12 de Waterloo Place, pronto sobrepasó su capacidad, de este modo, The Travellers Club se trasladó al 49 de Pall Mall. En 1826, tras conseguir reunir el dinero del alquiler de la zona de tierras de Carlton House, encomendaron al famoso arquitecto Charles Barry construir la palaciega sede actual del Club.
El Travellers Club, único Club de caballeros que puede ser visitado por curiosos en la actualidad, posee unas restrictivas y peculiares normas de vestimenta y etiqueta social, destacando la prohibición de teléfonos móviles excepto en las cabinas telefónicas; la prohibición de mostrar papeles de negocios en los salones públicos (debiéndose alquilar algunos de los despachos de negocios hábiles para ello); la prohibición del acceso en todo el edificio a menores de 14 años o el acceso restringido a mujeres, quienes tienen prohibido el acceso al Smoking Room y al Cocktail Bar. La media etiqueta es obligatoria para los caballeros y, a las señoras, se le exige vestimenta similar.
Existen dos tipos de miembros, los “Ordinary” y los “Associate”. Para llegar a convertirse en “Associate”, uno de ellos debe presentar solicitud de acceso a la Asamblea, quien evaluará el caso y, de aceptarse, el “Associate” será supervisor y responsable del nuevo miembro durante tres años.
Sin embargo, para sentirse todo un caballero inglés no es necesario recorrer cientos de kilómetros y dejarse los ahorros de varias vidas para acceder a él. Gracias a la progresiva irrupción del GinTonic en nuestro país, disfrutar de una copa de balón con hielos, zurraspa de limón, botánicos selectamente distribuidos por la copa y una tónica que acompañe a nuestra ginebra favorita no es ya, ni tan difícil ni tan caro como antes… Quizá… Sólo nos quede el sombrero y el paraguas ¿O no?