Igual que algunas ginebras buscan legitimidad de marca refugiándose en las neblinosas y adoquinadas calles del viejo Londres, y otras se amparan en las soleadas riberas del Mediterráneo, las hay que encuentran su identidad en la nostalgia del imperio inglés: la India. Es el caso de Jodhpur, una ginebra de alta gama inspirada en los aromas de la Joya de la Corona.

Jodhpur fue premiada en 2011 en diferentes certámenes, y fue por algo: esta ginebra aúna las cualidades básicas de una premium estilo London Dry (predominio del enebro, sequedad, limpieza y suavidad en boca) con los clásicos toques a especias que recuerdan al Oriente y sedujeron a los primeros fabricantes; una ginebra excelente pero que pide a gritos combinarse en un gin tonic de primera.

El proceso de destilación de Jodhpur es cuádruple, siempre en alambiques de cobre, siempre con un alcohol base y una agua de la mejor calidad, con la característica fundamental de incluir en la cuarta destilación todos los cítricos tras una semana de maceración. Ese fuerte aporte cítrico equilibra el amargo y el dulce de las especias predominantes, consiguiendo un resultado muy fresco.

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Los botánicos empleados son trece: bayas de enebro, angélica, coriandro, regaliz, corteza de casia, almendra amarga, raíz de lirio, jengibre y el aporte cítrico de las pieles del limón, la naranja y el pomelo (en realidad son once, ya que en dos casos, la angélica y el coriandro, proceden de distintas geografías). En mi humilde opinión, es el jengibre el que armoniza con maestría los aportes de los demás botánicos.

El resultado es espectacular, y recuerda realmente por su frescor al emblemático barrio de casas azul celeste de la legendaria ciudad de Kachemira que da nombre a la ginebra: totalmente transparente, con ligeros brillos metalizados, se revela un aroma herbal y resinoso muy sutil. El sabor es suave, algo untuoso y con un marcado toque cítrico que deja paso a los picores dulzones especiados, largos y balsámicos, que esperábamos.

¿Cómo acompañar Jodhpur? El camino más adecuado parece ser colocar como aromatizantes alguna fruta, como la cereza o la manzana, junto a algún cítrico o unas bayas de enebro; aunque hemos visto otras sugerencias más especiadas, como cardamomo y pimienta de Jamaica con twist de limón o más dulzonas, como vainilla con twist de naranja. Siempre con una tónica de calidad pero potente, como Fever Tree o Schweppes.