haxwell

Haswell sabe tan fresca como suena

Haswell, Hassswell, Haswwellll… suena a burbuja rompiendo contra unos hielos bien transparentes sólo con oír el nombre. Y eso no es nada, espera a probarla, si no lo has hecho ya, porque es una de las más ginebras populares de los últimos años entre los verdaderos amantes de esta bebida, sea para beber sola o acompañada, para consumir en los bares o llevártela a casa.

Resulta que Haswell es el apellido de Julian, un destilador londinense de los que se han criado entre alambiques de cobre de antes de la segunda guerra. Julian es también el ideólogo y autor último de esta ginebra con dos grandes, enormes puntos fuertes: uno, Haswell reconoce la fórmula enebro + coriandro/raíz de angélica + cítrico como punto de partida de toda ginebra; dos, Haswell decide deliberadamente poner el acento en el cítrico.

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Insisto, deliberadamente. Eso no es tan fácil en nuestro mundo de corta y pega, de “a lo que salga” y del “todo en uno”. Tener una idea clara que dirija nuestras acciones parece haber quedado como privilegio de unos pocos elegidos, entre los que podemos contar al bueno de Julian. El resultado, una ginebraza (y tanto, 47% vol.) con cinco destilaciones y una inmejorable elección de botánicos.

Limones y naranjas vienen de España, Marruecos y Haití

Dicen por ahí que son una docena, pero en su web, Haswell señala nueve. Por un lado, los básicos nebrinas, raíz de angélica y coriandro. Por otro, la misteriosa ajedrea, que mantiene y enriquece el tono ligero del espíritu. Y luego los cinco botánicos cítricos, a saber, pieles de limón, de naranja dulce, de naranja amarga, regaliz (más que un cítrico, su mejor complemento) y pimienta de Guinea (entre la pimienta, el jengibre y el cardamomo, para mí su gran acierto).

Es la perfecta candidata para sofisticar cócteles clásicos como el Tom Collins, el Negroni o, cómo no, el gin tonic de toda la vida (con tónica Markham o Schweppes, por ejemplo); además de toda la vida de verdad, ya que, aunque aguanta bien todo tipo de fantasías, no hay como la rodajita de lima o de limón (bueeeno, o twist deshidratado para los modernos) para aromatizarlo.

En resumen, Haswell es una ginebra fresca, voluntariamente ácida, hecha por y para quienes saben lo que quieren beber. Para los novatos no resulta demasiado amarga. Los iniciados que la prefieren sola podrán encontrar sutiles matices entre los agrios y los dulces mezclados con maestría con otros botánicos. En definitiva, la ginebra que tanto le gusta a Carlos Dianez, que lo sé yo.

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